En la imagen, el caballo Peter McCue
Los antecedentes del «Cuarto de Milla» hay que buscarlas en las dos costas de Norteamérica de la época colonial, especialmente antes del convulso siglo XIX.
Su historia se remonta al año 1611 en que arribó a Jamestown, a la colonia inglesa de Virginia, el primer barco con 18 caballos de Inglaterra. Luego también llegaron a las colonias de Massachussets y las Carolinas. En el siglo XVII sólo se encontraban 200 caballos y en veinte años aumentaron a 10.000, sin contar a los más numerosos caballos que los españoles mantenían desde hacía un siglo en Nueva España
En el lado del Atlántico había colonias inglesas y neerlandesas y en el lado del Pacífico se extendían los territorios del Virreinato de Nueva España. En los caballos de la zona oriental predominaban las sangres inglesas, irlandesas y escocesas, sin olvidar los animales de tiro de origen holandés. En esta época colonial, junto a caballos de granja y de transporte de razas más o menos mezcladas, hay constancia de carreras organizadas con regularidad.
En efecto, los colonos de origen británico de las Carolinas y de Virginia vieron grandes corredores en los caballos que criaban los indios Chickasaw, tribu que ocupaba el noreste de las orillas de los ríos Mississipi, y se extendía hasta Alabama; sus monturas eran descendientes puros de los caballos llevados por los españoles.
Dichos ejemplares se empezaron a usar para las carreras, sobre todo entre dos caballos en una “corta distancia” y en superficies planas. Se usaron como escenario las calles centrales de los pueblos, que tenían cerca de 400 metros de largo, llamados entonces “un cuarto de milla”.
Estos caballos Chickasaw, por las excepcionales condiciones que para las carreras presentaron, comenzaron a ser cruzados con los caballos traídos por los ingleses. En 1752, John Randolph, un próspero terrateniente de Virginia, importó un nieto del famoso Godolphin Barb, de nombre Janus. Cuando Janus fue cruzado con las yeguas que llevaban sangre de los caballos Chickasaw, el resultado fue el prototipo del caballo «Cuarto de Milla».
Sin decir que Janus fundó la raza, se puede argumentar que le dio forma significativamente, pues estampó a su progenie con la velocidad sobre corta distancia y con la habilidad de seguir pasando este carácter a través de sucesivas generaciones. Compactos de forma, fuerza y poder eran los caracteres asociados a los hijos progenie de Janus.
La influencia de caballos de carreras como Janus fue decisiva en la formación del «Quarter Horse Colonial». Esta «raza» ha sido llamada por algunos «Famous American Quarter Running». La denominación más antigua es «Celebrated American Quarter Running Horse». Se trataba de un tipo de caballo pequeño, fuerte y rápido, que se usaba como caballo de trabajo toda la semana y como caballo de carreras los domingos.
Cuando la carreras de larga distancia con purasangres se pusieron de moda los caballos con sangre indígena, aunque de poca alzada, eran rápidos, duros y sólidos, caracteres que resultarían convenientes, fuera de la carrera, para la dura vida en la frontera india.
Podían llevar a un hombre en su trabajo a lo largo de todo el día y de toda la semana y, al mismo tiempo, realizar la carrera del domingo; así, el prototipo del «Cuarto de Milla» se desplazó con los colonos hacia los espacios abiertos al centro-oeste de las Trece Colonias originales; hacia el territorio del Ohio, y a mediados del siglo XIX, a Tejas y hacia las grandes llanuras de los actuales Estados Unidos.
La compra de la Luisiana por parte de Estados Unidos inició una rápida expansión hacia el Oeste. Los colonos llevaban caballos del este entre los que había algunos caballos de «Carreras Cuarto de Milla», aunque todavía no definida como raza.
El ingrediente final para la completar la fórmula genética que produjo el «Cuarto de Milla» se encontraba al oeste del Río Mississippi: el «Mustang», un caballo salvaje que pastaba libre por las praderas, descendiente de los berberiscos y árabes introducidos en los territorios norteños de la Nueva España por los españoles.
Estos impresionantes caballos habían convertido al indio de las llanuras en el guerrero montado más duro y resistente que había visto el mundo, y con el tiempo añadieron la última e importante inyección de vigor híbrido para completar la creación de un caballo único en el norte del continente americano: el «Cuarto de Milla».
La cría de caballos en los territorios estadounidenses se adaptaba a las necesidades múltiples de la época. La caballería necesitaba muchos caballos y seguía una política determinada, ya que sus cabalgaduras debían ser fuertes y de gran alzada para aprovechar la energía cinética que su masa le otorgaba, al galope, durante una carga de caballería.
Los granjeros se orientaban hacia la selección de animales de tiro y mulas. En los desplazamientos primaban los caballos de tiro ligero de trote rápido. Las rutas de diligencias exigían numerosos animales y, al igual que en Nueva España, también los ganaderos de las grandes haciendas dependían de caballos vaqueros adecuados.
Del cruce de los caballos de «carreras cuarto de Milla» con los caballos de los nuevos territorios, como el «Mustang» resultó un tipo de caballo especialmente apto para el ganado, con el llamado cow sense (disposición para trabajar con el ganado vacuno).
Algunos apuntalando determinantes en el establecimiento del tipo del caballo Cuarto de Milla (apuntalando fundacionales) fueron Steel Dust (nacido en 1843), Shilo (1844) , Old Cold Deck (1862), Lock’s Rondo (1880), Old Billy (c.1880), Traveler (semental de origen incierto, casi seguramente mexicano, presente en Tejas en 1889) y Peter McCue (nacido en 1895), este último inscrito como Thoroughbred pero de estirpe dudosa.
La función principal de un caballo en un rancho del oeste norteamericano era la de trabajar con ganado. Incluso después de la popularización del automóvil a inicios del siglo XX, los caballos eran insustituibles para controlar las hatos de ganado mayor a campo abierto.
No es de extrañar, por tanto, que los principales ranchos ganaderos de Tejas, como el King Ranch, tuvieran un papel fundamental en el desarrollo del moderno «Cuarto de Milla».
Aparte de las necesidades de caballos vaqueros, la popularidad de las carreras de los fines de semana y las ganancias económicas asociadas a éstas orientaran a los criadores en este sentido. Para mejorar las prestaciones de los caballos Cuarto de Milla introdujo más sangre Thoroughbred, lo que afectó directamente la formación de la raza.
En 1940 un grupo de criadores, rancheros y otras personas relacionadas con los caballos del sudoeste de los Estados Unidos fundaron la American Quarter Horse Association (AQHA) para preservar la genealogía de sus caballos vaqueros del tipo «Cuarto de Milla».
El primer caballo inscrito fue el potro Wimpy con la referencia P-1. Wimpy era descendiente de Old Sorrel, uno de los sementales fundadores de la caballada del King Ranch. Los vaqueros mexicanos del King Ranch lo llamaban «El Viejo Alazán» cuando ya tenía muchos años porque era de pelaje alazán, y no usaban el nombre oficial.